Uno de los atractivos de Vilna es su componente histórico y religioso. Paseando por el casco antiguo, el grupo verá un número sorprendente de iglesias, cada una de ellas con estilos arquitectónicos muy diferentes. La Catedral de Vilna es un templo blanco y sereno en una extensa plaza. La Iglesia de Santa Catalina es una basílica muy reconstruida pintada en lindos colores pastel. Pero cerca, el grupo encontrará la Iglesia de Santa Ana, un sorprendente ejemplo de la arquitectura gótica del siglo XV. Fue construido con 33 tipos diferentes de ladrillos y, en su interior, sus grandes vidrieras crean un ambiente celestial. En el casco antiguo, los turistas también pueden visitar las calles del antiguo gueto judío, ver antiguas sinagogas y aprender sobre las luchas de esta comunidad, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial.