Una parada clave en el recorrido es la Porta Napoli, un gran arco triunfal construido en 1548 en honor a Carlos V, que marca la entrada al casco antiguo. Otro lugar imprescindible es la Basílica de Santa Croce, una obra maestra barroca adornada con intrincadas tallas de querubines, animales y figuras mitológicas. Cerca se encuentra el Castillo de Carlos V, construido en el siglo XVI, que fue una fortaleza defensiva y más tarde una prisión. Su imponente estructura refleja la importancia estratégica de Lecce durante el reinado de Carlos V, y hoy alberga exposiciones y eventos culturales. El recorrido también conduce a la Piazza Sant'Oronzo, el corazón de Lecce, donde la estatua del patrón de la ciudad se erige orgullosamente sobre una columna romana. Esta vibrante plaza ha sido un lugar de encuentro durante siglos, con una mezcla de elementos antiguos y modernos que muestran la evolución de Lecce a lo largo del tiempo.