El Palacio Real, la pieza central de este conjunto cultural, es un testimonio regio del Siglo de Oro español, cuyos orígenes se remontan a la época de Carlos I. La fachada muestra una mezcla de ladrillo rojo y piedra blanca, adornada con decoraciones clásicas y renacentistas, que ilustran la opulencia que caracterizó a las dinastías de los Habsburgo y los Borbones. En el tour, los muros del palacio prometen revelar historias de fiestas reales, intrigas políticas y la lujosa vida cotidiana de la corte española. Mientras los visitantes recorren los Jardines de Aranjuez, cada fuente y estatua, desde las robustas figuras de Hércules y Anteo hasta las gráciles Nereidas, narra un segmento de la narrativa real, destacando la mezcla de naturaleza y arte que admiraban los reyes españoles. Estos tesoros botánicos, meticulosamente diseñados y cuidados, funcionaban tanto como santuarios privados como escenarios de ceremonias públicas.