En las afueras de Burgos, no puedes dejar de visitar el Monasterio de las Huelgas Reales, con claustros góticos de insuperable belleza. Un poco más lejos del centro se encuentra la impresionante Cartuja de Miraflores, un palacio transformado en un monasterio que fue favorecido por reyes y reinas hasta el punto de acumular un tesoro de lujosas estatuas y decoraciones. Más allá de los edificios religiosos, Burgos tiene muchos museos interesantes, incluido uno de los mejores de España: el Museo de la Evolución Humana. Este espacio interactivo exhibe importantes fósiles y herramientas de piedra de los primeros homínidos conocidos en Europa occidental, todos recuperados en el cercano sitio arqueológico de Atapuerca. Y, por supuesto, la gastronomía burgalesa es un placer para descubrir en los numerosos bares, tabernas y restaurantes del casco antiguo. De hecho, ningún viaje a burgos estaría completo sin probar el tradicional queso blanco, la morcilla y los vinos locales.