A lo largo del recorrido, te encontrarás con algunos de los monumentos más icónicos de Venecia, cada uno con una historia que contar. Comienza en el corazón de la ciudad, la Plaza de San Marcos (Piazza San Marco), donde la impresionante Palacio Ducal domina el paisaje. Esta obra maestra gótica fue en su día la sede del poder de los gobernantes de la República de Venecia y está adornada con intrincados detalles que reflejan la época dorada de la ciudad. A poca distancia se encuentra el Ponte de Rialto, uno de los maravillas arquitectónicas más famosas de Venecia, completado en 1591 para reemplazar una estructura de madera anterior. Este puente no solo conecta dos zonas vibrantes de la ciudad, sino que también es un símbolo de la influencia de Venecia como un importante centro de comercio. Al cruzar el puente, llegarás al Mercado de Rialto, donde los comerciantes han vendido pescado fresco, frutas y verduras durante más de mil años. Pasear por este vibrante mercado es como retroceder en el tiempo, ofreciendo una visión de la vida cotidiana de los venecianos, tanto del pasado como del presente.