La ruta continúa en la majestuosa abadía de Saint-Victor, uno de los monumentos cristianos más antiguos de Francia. Levantada sobre la tumba de san Víctor, un soldado romano martirizado en el año 303, conserva criptas que datan del siglo V. La experiencia culmina en el palacio del Pharo, mandado construir por Napoleón III para su esposa, la emperatriz Eugenia, aunque ella nunca llegó a residir allí. Con el tiempo fue cedido a la ciudad y se convirtió en un lugar clave para la vida cultural e internacional de Marsella. Desde sus jardines se abre una de las panorámicas más espectaculares: el Puerto Viejo, las islas Frioul y el castillo de If, inmortalizado por Alejandro Dumas en El conde de Montecristo. Aquí la historia y la leyenda se mezclan con la belleza del paisaje. Únete al Free Tour del Puerto Viejo y descubre Marsella sorbo a sorbo, historia a historia.