Primera parada, la Plaza Camilo José Cela, ¡el corazón palpitante de la ciudad! Desde allí, prepárate para un viaje por la historia tan intrincado como la arquitectura colonial de la ciudad. El Convento de Santo Domingo no es un edificio más; es un manuscrito de piedra y mortero que cuenta historias de fe y tiempo. Y hablando de tiempo, te sentirás transportado al siglo XVIII cuando estés ante el Palacio Spínola, una gran casa señorial. Pero espera, hay más: ¿has oído hablar de la Calle de la Sangre? Tan espeluznante como suena, este callejón tiene toda una historia que no querrás perderte. Después, camina hasta la emblemática Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, un refugio sagrado que capta el espíritu de Teguise.