Éstas son sólo algunas de las maravillas que conocerás. Empieza tu aventura con la famosa Escalera del Dragón, una llamativa mezcla de colores y formas que está hecha a medida para un selfie o dos. Pero es más que fotogénica: es una maravilla de diseño y simbolismo. Desde allí, pasea hasta la Sala Hipóstila, con 86 columnas dóricas que sostienen una plaza sobre la que se planeaba celebrar el mercado ecológico de la ciudad. Mientras paseas, pasarás por el Portico de La Lavandera, un ondulante paseo cubierto bordeado de columnas inclinadas. Cada uno de estos lugares no es meramente estético, sino que rebosa de significados ocultos relacionados con leyendas, religión y el Renacimiento catalán.